La rosquilla es un dulce español típico en la Semana Santa, cuyo origen se remonta al antiguo Imperio romano, época en la que su receta se extendió a buena parte de Europa y de la cuenca mediterránea.
Entre las rosquillas de san Isidro, patrón de Madrid cuya festividad se celebra el 15 de mayo, existen cuatro variedades típicas que se diferencian principalmente en el acabado final y no en la receta para la masa:
- Rosquillas tontas: son las más antiguas y no llevan ningún acabado, de ahí su nombre por ser las más simples. Tradicionalmente se hacían con excedentes de masa de pan. Suelen estar perfumadas con anís.
- Rosquillas listas: llevan una capa de azúcar glas que puede ser de distintos colores (marrón, amarillo, rosa…). También pueden ir "emborrachadas".
- Rosquillas de Santa Clara: después de bañarlas en clara de huevo, se cubren con una capa de merengue seco de color blanco. En toda la comunidad de Castilla y León, se hacen de mayor tamaño y son conocidas como rosquillas de baño o roscos de Castilla.
- francesas: se rebozan en almendra picada.
Las rosquillas ciegas, parecidas a las rosquillas de Santa Clara, carecen de agujero en el medio, de ahí su nombre de ciegas. Son típicas de la provincia de Palencia, especialmente de Saldaña.
Tradicionalmente, en la zona de Reinosa (Cantabria, España), se conservaban en invierno en recipientes enterrados en la nieve de las montañas de la Cordillera Cantábrica. Este postre también es típico de Santillana del Mar.
En Galicia las rosquillas se consumen en todas las romerías y fiestas populares, siendo las elaboradas en Puenteareas de las más conocidas.
Video Receta de Rosquillas de Mamá
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